LA TÉCNICA DEL TAPIAL

Se denomina “tapia” en Iberoamérica otapialen España y la cuenca Mediterránea (“tierra pisadatambién llamada en italiano pisè, o en francés pisé), a una antigua técnica consistente en construir muros con tierra arcillosa, compactada a golpes mediante un "pisón", empleando un encofrado para formarla.
El encofrado suele ser de madera. En el proceso, se van colocando dos maderas paralelas, entre las que vierte tierra en tongadas de diferente anchura, y se compactada mediante apisonado. Los tableros se sujetan con tirantes, también de madera, que atraviesan la tongada (luego quedarán los orificios como testigos del trabajo). Posteriormente se corre el encofrado a otra posición para seguir con el muro.

La palabra tapia parece ser de origen prerromano, exclusiva de las lenguas ibéricas y del occitano. Es voz de origen onomatopéyico: "tap" intentaría reproducir el ruido que se hacía al apisonar la tierra. 
La época y el lugar exactos en que se comienza a utilizar el tapial o tierra pisada son aún desconocidos aunque casi con toda certeza ocurre en el neolítico tal cual se evidencia en los sitios arqueológicos de las culturas Yangshao y de la Longshan en la región China recorrida por el Hoang Ho (río Amarillo) de hace unos 5000 años, (gran parte de la Gran Muralla está realizada con este sistema).
Desde los romanos, el tapial ha sido una técnica muy utilizada desde antiguo en toda la cuenca del Mediterráneo.

El tapial transpira. Como el adobe, es higroscópico y tiene capacidad de difusión; también posee buena capacidad para almacenar frío o calor, siendo buen aislante.
Es semejante al adobe, en cuanto a la composición del material: tierra con algún aditivo (como paja o crin de caballo) para estabilizarlo, o pequeñas piedras para conseguir un resultado más resistente.
No vale cualquier tipo de tierra para construir tapiales y, para mejorarlas generalmente se le añade áridos para aumentar la maleabilidad de la tierra y cal para añadirle propiedades ligeramente hidrófugas y mejorar la resistencia de los muros (tapia real). El tapial tiene una densidad de entre 1.800 y 2.100 kg/m3, y una resistencia a compresión en torno a 15 kg/cm2, si bien esta resistencia depende mucho del tipo de tapial y su composición, pudiendo existir oscilaciones normalmente no superiores al 30%. Su estabilidad dimensional es muy buena (0,012 mm/m °C), y también sus propiedades como aislamiento térmico y acústico: un muro de 40 cm atenúa el ruido en 56 dB, y la graninercia térmica de este sistema constructivo le permite permanecer fresco durante el día, y soltar el calor acumulado durante la noche.
Como desventaja, el tapial resiste muy mal la tracción, por lo que es frecuente que se fisure con el tiempo. Las construcciones llevadas a cabo con esta técnica tienen propiedades bioclimáticas ya que hacen "efecto botijo" o "vasija de barro", manteniendo una temperatura relativamente estable en su interior furante todo el año, tanto en verano con calor extremo, como en invierno con un frío intenso.


Construcción de un muro de tapial en Ifoulou, 
valle de la Tessaout





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